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PASEANDO
Pasear es algo más que andar, recorrer o correr.
El paseante detiene su mirada en las cosas y las acaricia con el pensamiento. El pensamiento requiere a la vez movimiento y detención.
Pensar es pasear por dentro. Pasear el pensamiento: explorar, experimentar, ser valiente y descubrir para descubrirnos, tener tiempo y ser tiempo, observar y sentir. Imaginar. El filósofo es un caminante que sabe que es un caminante, que imagina y sueña que lo es.
Paseando aprendemos a mirar, viendo aprendemos a pensar.
Vemos y queremos dialogar, con nosotros, con el paisaje, con el tiempo, con los demás.
Trinidad Andrés Labrador
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